Están de moda. Botellas de oro líquido que encierran sensaciones, sabores, matices, aromas, texturas… Hay un mundo de variedades para elegir.

Navidad es sinónimo de regalos, lo malo es que no siempre sabemos qué regalar y muchas veces caemos en lo mismo de siempre: perfumes, joyería, moda… ¿Y por qué no cambiar el chip y optar por productos gourmet?

Los aceites de oliva son una buena elección. Unen calidad y diseño en la presentación. Un regalo para los sentidos que triunfa en cualquiera de sus variedades, y muy apropiado para celebrar la Navidad. ¿Qué receta no necesita un chorrito de aceite? Platos salados y dulces, para todos ellos hay una variedad de aceite de oliva:

• Arbequina: un regalo dulce, para amantes de los marinados, las cremas frías y la repostería. Por su perfil organoléptico, los aceites de oliva de esta variedad ensalzan la delicadeza de los pescados blancos y mariscos.
• Cornicabra: con un sabor ligeramente picante y un aroma a fruta verde y olivo que dejará a todos con la boca abierta. Ideal para frituras suaves y ensaladas, pero  también con excelentes resultados con los asados: corderos, cochinillos o pavo.
• Hojiblanca: sorprende con su toque suave y fresco a hierba y almendra. Para pescados, marinados de carnes o ensaladas. Porque no hay nada mejor para contrarrestar la contundencia habitual de los menús navideños que acompañarlos con una ensalada. Las hortalizas de hoja verde resultan deliciosas.
• Picual: regala personalidad e intensidad. En caliente, es insuperable: frituras, guisos, asados…; y con la caza redondea su sabor: jabalí, ciervo… Otro de los productos navideños por excelencia, los ibéricos, los jamones y las cecinas, adquieren una nueva dimensión cuando se sirven aromatizados por una buena espiral de picual.

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