Mixto, de pollo, vegetal… Admite casi cualquier ingrediente. ¿Cuál es tu preferido?  

Seguro que no hay semana en la que no te comas uno. Como tentempié a media mañana, para merendar, como cena ligera… Son fáciles y rápidos de preparar, y, si eliges bien los ingredientes, pueden sustituir a una comida de lo más nutritiva.

¿Conoces su origen? La primera constancia que se tiene del sándwich data del siglo XVIII, y se le atribuye al aristócrata inglés John Montagu, IV conde de Sándwich. Por lo visto, el tal John tenía tanta afición a las cartas que no quería dejarlas ni para comer, así que pidió que le sirvieran la comida entre dos rebanadas de pan para poder comer sin mancharse mientras jugaba.

En España, pensar en sándwich es pensar en Rodilla. ¿Quién no ha probado su famoso sándwich de ensaladilla —la receta estrella a nivel nacional, con más de tres millones de unidades vendidas al año—, el vegetal o el de atún con maíz? En Barcelona triunfa el de pollo al curry y en Zaragoza el de pavo con manzana. También los hacen de ahumados, de atún con nueces y oporto, de queso azul y rúcula, de salami, de hilada de jamón con mousse de higos, de queso con anchoas… Algo tendrán para que Rodilla haya vendido  más de 400 millones de sándwiches en su historia (según estimaciones propias).

¿Y a quién le debemos esto? A Antonio Rodilla. Este charcutero introdujo el concepto sándwich en España, y lo hizo con su receta del pan ‘perfecto’ —receta que se ha mantenido inalterada hasta el día de hoy y que se utiliza en todas las variedades de sándwiches Rodilla—. Un pan que tenía que ser lo suficientemente consistente como para aguantar rellenos de fiambre que él mismo elaboraba en el local de la Plaza del Callao. Así nació el primer sándwich Rodilla, el de jamón serrano, y detrás de ese fueron llegando el resto de variedades, hasta llegar a las  22 recetas actuales entre fríos y calientes.

¿Cuál es tu preferido?