¿Es un croissant? ¿Es un donut? No, ¡es un cronut! El invento del chef francés Dominique Ansel ya está en Madrid.

Era cuestión de tiempo que llegara. Comenzó causando furor en Manhattan y no ha tardado mucho en cruzar el charco. El cronut, ese bollito con masa de croissant y forma de donut, ya está aquí. De momento puedes probarlo en VAIT Pastelerías —el precio por unidad es de 2,20 €—, pero seguro que dentro de poco empiezas a encontrártelo por todas partes.

¿Y qué tiene de especial? Para empezar, que es algo nuevo, y eso suele gustar. Además, fusiona dos clásicos de la bollería, y al degustarlo se saborea lo mejor de cada uno de ellos —supuestamente, que cada uno valore—. Su sabor recuerda al de una caña frita pero más ligera de aceite, y a la vez conserva la textura más compacta y suave de un croissant de mantequilla.

DE NUEVA YORK A MADRID

Cuando Juan Carlos Valverde, propietario de VAIT Pastelerías, probó los cronuts en Nueva York supo que tenía que traerlos a Madrid.

En el obrador central de VAIT se pusieron a trabajar hasta que dieron con la fórmula perfecta, y no fue fácil… Aunque el cronut es básicamente una masa especial de croissant que primero ha sido fermentada y después frita, la forma de manipular esa masa es muy diferente a la del croissant. En el caso del croissant la masa se hornea después de la fermentación, sin manipulación de ningún tipo, mientras que la masa del cronut se fríe, por lo que a la hora de sumergirla en el aceite caliente hay que tener mucho cuidado para que esa masa no se deforme y pierda volumen.

Encontrar la proporción exacta de harina, mantequilla, huevo, azúcar, agua y levadura para que el cronut quede esponjoso y con la textura de croissant ha implicado muchas pruebas, pero al final se ha conseguido ese cronut madrileño, y además en cuatro variedades: glaseado de chocolate, glaseado de frambuesa, glaseado de limón con hilos de frambuesa o relleno de crema.

¿Te apuntas a la cronutmanía?