Descubrimos todos los encantos de esta D.O. a través de sus excelentes vinos y bodegas, pero también saboreando su deliciosa gastronomía y mimando el cuerpo con reparadores tratamientos a base de uva.

Famosa fundamentalmente por su excelsa producción vinícola, la Ribera del Duero se ha convertido, por méritos propios, en un destino mágico para disfrutar de todo lo que rodea al mundo del vino.

En cuatro provincias y más de 100 municipios se concentran más de 600 marcas, entre las que conviven caldos exclusivos con otros más asequibles pero de excelente calidad. Y es que este rincón castellano-leonés está bendecido por una combinación única de tierra, micro clima y una uva autóctona que produce unos magníficos y complejos vinos, fundamentalmente tintos, aunque también existen rosados.

La principal variedad de uva es la Tempranillo, también conocida como Tinto Fino o Tinta del País, que ocupa más del 90% de los viñedos. El resto de variedades aprobadas por el Consejo Regulador de la D.O. son Merlot, Malbec y Cabernet-Sauvignon. La variedad Albillo es la única autorizada de uva blanca.

EXPERIENCIAS ENTRE VIÑEDOS

Tanto si eres o no amante del vino, en Ribera del Duero encontrarás propuestas que te animarán a descubrir el destino. Visitando alguna de las bodegas podrás conocer más sobre los procesos de elaboración y crianza de los caldos, profundizar en las bases de una buena cata de la mano de expertos enólogos y saborear acertados maridajes. Arzuaga Navarro, Viña Mayor, Protos, Matarromera…, en cada una de ellas descubrirás algo que te sorprenderá.

Algo que no te dejará indiferente es la visita a las bodegas subterráneas del casco histórico de Aranda, uno de los núcleos centrales de la Ribera del Duero. En total suman más de 120 bodegas repartidas a lo largo de siete kilómetros de túneles y galerías excavados entre los siglos XIII y XVIII. Algunas pertenecen hoy a restaurantes y bodegas, así que pueden visitarse e incluso se puede comer en ellas. Las hay con buenos caldos, buena mesa y buen maridaje.

¿O qué tal una escapada romántica, visitando castillos y descansando en alojamientos con encanto? Puedes aprovechar para regalarte una relajante sesión de spa en alguno de los hoteles y probar los efectos del vino sobre la piel con exfoliaciones a base de pepitas de uva, envolturas, masajes en aceite de vino… Sus propiedades combaten el envejecimiento, eliminan arrugas, hidratan, reafirman… Un auténtico elixir de belleza que, además, reduce el estrés.

Aventúrate a descubrir una de las zonas de mayor tradición vitivinícola de España y cata una región única en paisajes, sabores y experiencias.