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10 claves para triunfar como anfitrión en una cena

10 claves para triunfar como anfitrión en una cena

Tienes invitados y quieres lucirte. Toma nota de algunos consejos para que no te falle el protocolo en la mesa.

Se acercan fechas en las que abundan las reuniones y cenas con familiares y amigos, y, claro, a todos nos gusta lucirnos. El problema es que no siempre tenemos claro cuáles son las normas básicas de protocolo, esas con las que uno siempre acierta.

Bueno, no lo teníamos claro hasta ahora. Jean François Koster, profesor de imagen profesional de la Escuela Internacional de Hotelería y Turismo Vatel España —una de las principales instituciones académicas a la hora de aprender las técnicas más universales del protocolo internacional—,  nos ha dado algunos truquitos para que nuestras veladas se conviertan en momentos únicos. Un savoir faire que, de una forma fácil y sencilla, podemos trasladar desde el espectro profesional al doméstico.

Partimos de la base de que el éxito de una buena comida o cena reside en los detalles que el anfitrión tenga con sus invitados. Debe atenderlos en todo momento y controlar y supervisar la situación desde la llegada hasta la despedida. Dicho esto, vamos a ver cuáles son esos consejos —válidos tanto para muchos como para pocos invitados— que nos van a ayudar a lucirnos con el protocolo en la mesa.

1. Elegancia ante todo.

Es la reina de la mesa. Una mesa bien vestida es parte del éxito de una comida. Si no luces ahora la mejor vajilla, ¿cuándo piensas hacerlo? Los cubiertos y la cristalería deben ir a la par.

2. El algodón no engaña.

Para evitar sorpresas incómodas, debemos revisar individualmente cada elemento de la mesa antes de colocarlo: todo bien limpito. Lleva su tiempo pero nuestra imagen como anfitrión está en el punto de mira.

3. Cada cosa en su sitio.

Existe un orden establecido para la colocación del material cuando se viste la mesa. Primero se coloca un muletón —que nos asegura la máxima discreción desde el punto de vista de golpes y retención de manchas— y luego el mantel, prestando atención a que la caída sea equilibrada alrededor de la mesa.

Seguimos con la colocación de los platos —también para el pan—, la cubertería, la cristalería y las servilletas. Es fundamental respetar la uniformidad de la mise en place, es decir, todo igualito para cada invitado.

4. Los detalles importan.

Se pueden incluir detalles decorativos en la mesa, como arreglos florales, que aportan un toque de gusto y personalidad. Eso sí, tienen que ser discretos: no deben tapar la vista de otros invitados ni restar protagonismo a los elementos de base utilizados.

Cristalería, cubertería, adornos... Todo cuenta5. Colores sí, arcoíris no.

La combinación de colores, sobre todo entre mantel y vajilla, debe ser armoniosa.

Hay que intentar escoger tonos suaves. Por lo general, el mantel siempre será de color claro —el blanco es el color de la elegancia por excelencia en una mesa—, mientras que la vajilla puede tener varias tonalidades o un motivo discreto que permita conjugarla con el color del mantel utilizado.

6. Cubiertos adecuados al menú.

De carne, de pescado… A cada plato le corresponde el suyo. Y no hay que olvidar que la correcta colocación de los cubiertos en la mesa va en función del orden de platos y su utilización para comer: del exterior hacia el interior. Los cubiertos de postre son la excepción y se sitúan en la parte superior.

7. Que corra el aire.

En la mesa debe dejarse suficiente espacio libre para que los invitados puedan sentirse cómodos al realizar movimientos. Hay que tener en cuenta la relación entre el número de elementos que conforman una mesa, el tamaño de la misma y el espacio que se deja a los comensales según el número que sean.

8. Cada uno en su sitio.

Una simple tarjeta con el nombre del invitado al lado de cada plato es suficiente para indicar a cada persona dónde tiene que sentarse. Este sencillo detalle evita malentendidos y hace que el comensal se sienta importante.

9. La luz también cuenta.

La iluminación es otra parte fundamental de la ambientación. Se recomienda el uso de una luz más bien tenue que fuerte. El uso de velas en la mesa solo es para la noche y tienen que estar encendidas siempre.

10. Menos es más.

La sencillez como máxima. Hay que cuidar los más mínimos y numerosos detalles sin llegar a sobrecargar el espacio disponible. Toda ocasión especial merece que se preste una mayor atención a los elementos elegidos y a su colocación.

Como casi todo en la vida, el arte de recibir también se aprende y se perfecciona con la experiencia, así que aprovecha cualquier ocasión para practicar.

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