Son el dulce típico de San Isidro, patrón de Madrid. Una tentación para el paladar.

Se acerca San Isidro y en Vait Pastelerías ya tienen preparadas las Rosquillas del Santo en todas sus versiones: Tontas, Listas, de Santa Clara, de Alcalá, Segovianas y Francesas. Unas bañadas en crema de limón, otras con almendra picada, con yema, con costra merengada… Todas  igual de apetecibles a la vista y preparadas para comer en casa, en la pradera o en los toros.

Elaboradas de forma artesanal con la misma base de harina, huevo y aceite de oliva, este dulce típico admite muchas variaciones:

• Las Tontas y las Listas están elaboradas con harina, huevo y aceite de oliva, y en el caso de las Tontas también con anís. Las Listas, además, están cubiertas por un baño glaseado a base de limón.
• Las Rosquillas de Santa Clara, presentes en Madrid desde el siglo XV gracias a las monjas Clarisas, están elaboradas con harina, huevo, aceite de oliva y anís y están envueltas por una costra merengada.
• Las famosas Rosquillas de Alcalá, de fino y sabroso hojaldre bañadas en yema como manda la tradición, llegaron por el siglo XVII procedentes de Alcalá de Henares.
• Las Rosquillas Segovianas son las únicas que van fritas y envueltas en azúcar, mientras que las Francesas se diferencian por su cobertura de almendra picada y azúcar.