Saltear al contenido principal
Aranda de Duero, tierra de cordero

Aranda de Duero, tierra de cordero

La capital burgalesa calienta motores, o, mejor dicho, sus hornos de leña, para recibir a los viajeros y amantes de la gastronomía que quieran disfrutar de uno de los manjares de la tierra: el lechazo.

El aroma del cordero lechal asado ya impregna las calles de la ciudad arandina. Vuelven las ‘Jornadas del Lechazo’ —ya van por la demimotercera edición—  y Aranda de Duero se prepara para vivir una fiesta constante, donde los aromas a horno de leña se mezclarán con los del vino mientras los sonidos de las dulzainas dan la bienvenida a quienes lleguen a la capital de la Ribera en busca del sabor inigualable de su cordero.

DESCUBRIENDO EL DESTINO

Vamos a situarnos. Estamos al sur de la provincia de Burgos (Castilla y León), en una de las localidades más grandes y de mayor tradición ganadera, vitivinícola, gastronómica y patrimonial.

Considerada villa realenga desde el siglo XIII, Aranda de Duero cuenta con un gran peso histórico y cultural del que hoy hace alarde. Allí se celebró, en 1473, el Concilio de Aranda —para reformar las costumbres del clero—, y fue morada y lugar de reposo de la realeza, concretamente de las reinas Juana de Castilla e Isabel de Portugal, quien residió en la famosa ‘Casa de las Bolas’.

Pero si por algo es conocida Aranda es por su atractivo gastronómico y su fuerte apego a la cultura del vino. Una costumbre que ha sabido trasladar por todo el territorio nacional con la promoción y venta de sus caldos desde antaño, cuando cientos de carretas salían de Aranda transportando los pellejos de vino diariamente.

Fue precisamente esa abundancia de caldo y la necesidad de almacenarlo lo que obligó a los lugareños a construir una gran red de pasadizos subterráneos que abarcaban la mayor parte de la localidad. Un entramado de bodegas de las que a día de hoy se conservan catorce kilómetros, algunas privadas y otras a la vista para el disfrute de los viajeros.

Lechazo de Aranda

UN MENÚ PARA CHUPARSE LOS DEDOS

Aunque Aranda tiene muchos atractivos, la gastronomía es el principal aliciente para escaparnos a esta localidad. Disfrutar de un cuarto de cordero lechal asado en horno de leña es una de esas experiencias únicas que hay que disfrutar en torno a una mesa. Más aún si ese cordero es un lechazo de veintidós días que solo ha sido alimentado con leche materna, lo que hace que su carne sea tan tierna y jugosa.

Durante todo el mes de junio se podrá disfrutar de ese manjar en cualquiera de los diez asadores participantes en las XIII Jornadas Gastronómicas del Lechazo Asado, que  ofrecerán —por 37 euros— un menú basado en el lechazo asado cocinado en el tradicional horno de leña y productos de la tierra, con entrantes tan sugerentes como Paté de lechazo, Hamburguesas de lechazo con huevo y crujiente de panceta, Raviolis de pensamientos de lechazo o Morcilla, entre otras exquisiteces. Platos auténticos, únicos y tradicionales que estarán acompañados de vino D.O. Ribera del Duero.

Este año, además, se suman nuevos ‘compañeros de mesa’, dos productos con marca de garantía: la Torta de Aranda, un pan redondo y aplastado elaborado al estilo tradicional con una receta que se transmite de generación en generación, y la Lechuga de Medina, cuyas características peculiares la diferencian del resto.

¿Se te ocurre un motivo más apetitoso para visitar este destino?

Volver arriba
×Close search
Buscar