¿Qué es el corcho? ¿De dónde procede? ¿Cómo se elabora? Descúbrelo en la Sala de los Aromas más grande de España.

En Señorío de Andión, de la división de vinos Familia Belasco, siguen  apostando por el enoturismo y por descubrir el mundo del vino a consumidores y curiosos. ¿Su última idea? Crear un rincón en el que el visitante queda cautivado por las esencias del vino. Un espacio minuciosamente preparado para descubrir nuevas sensaciones y ejercitar los sentidos, pero también para aprender algo más sobre uno de los elementos más importantes y desconocidos de la cultura del vino: el tapón de corcho.

¿QUÉ ES EL CORCHO?

Esta es la primera pregunta con la que se topan los visitantes de la Sala de los Aromas, y Señorío de Andión la responde de una forma didáctica, enseñando todo lo que es necesario saber acerca del corcho y de su origen en el Quercus Suber, el alcornoque.

En la Mesa del Corcho se explica el proceso de elaboración, su procedencia y su descubrimiento, que se remonta a las ánforas griegas; e incluso nos descubren qué significan las letras TCA, ese «defecto» del vino que en algunas ocasiones (aunque no siempre) procede del corcho.

Un panel descriptivo con un mapa de Europa recoge el origen del corcho y los principales países de producción de alcornoques. Además, se identifican los diferentes tipos de corchos, sus medidas y cuáles son los parámetros que las bodegas deben tener en cuenta a la hora de elegir el mejor tapón para cada vino, una de las elecciones más importantes para que el vino tenga el mejor envejecimiento en botella.

Como cualquier otra actividad, el corcho también tiene su lenguaje específico. El secado se hace en pilas y fardos y la gubia es el instrumento que se emplea para obtener los tapones a partir de las tiras de perforación.

NO SOLO CORCHO

Con un nombre como Sala de los Aromas, no es corcho lo único que uno espera encontrar en ella.

Además de la exposición didáctica sobre este compañero del vino, la Sala pone a disposición del visitante 46 aromas identificados y dispuestos según emanen de la propia uva, de la fermentación o del envejecimiento del caldo en barrica o botella. La vainilla, el caramelo, el cacao, el anís, el regaliz, la fresa, la menta o el almizcle pueden combinarse y dar personalidad a los caldos. Estos y otros aromas están presentes en la sala,  acompañados de explicaciones gráficas y fáciles.