El Viejo Almacén de Buenos Aires
Los mejores cortes de carne del mundo y un restaurante con mucho encanto.
Soy bastante carnívora, lo reconozco, por eso no me costó decidirme cuando me propusieron degustar el nuevo Ágape Carnes del Mundo de El Viejo Almacén de Buenos Aires: cinco de los mejores cortes de carne del mundo acompañados de guarniciones y vino argentino.
Empezamos con una Ensaladita de rúcula y cítricos y unas Empanadas de Copetín muy ricas: de choclo, de carne (con un toque picantito de ají) y de queso y cebolla. Las hacen fritas —a diferencia de las que comen en Argentina, que suelen ser más grandes y están hechas al horno con otro tipo de masa—, pero no resultan nada grasientas. Para ir calentando la barbacoa, mollejas, morcilla y chorizo criollo. Todo acompañado de un tinto que me supo a gloria (con lo difícil que soy yo para los tintos): Trapiche Malbec.
Y llegó el turno de las carnes, servidas por orden de intensidad de sabor. Empezamos con el Lomo bajo de Simmenthal importado de Holanda, una carne suave y tierna que auguraba que la noche valdría la pena. El segundo corte —mi preferido de todos— fue el Lomo alto de Aberdeen Angus importado de Argentina, que traen en avión, sin congelar y envasado al vacío para preservar su jugo. Mantequilla pura que ponía el listón muy alto para lo que faltaba por venir. Y llegó la Entraña limpia de Rubia Gallega (España), una carne rosada que dejó el pabellón nacional a la altura. Al corte siguiente le precede su buen nombre: Wagyu. Nos sirvieron un Vacío de Buey Wagyu de Nueva Zelanda delicioso, de sabor más intenso que los anteriores. Y terminamos con el Asado de Tira de Black Angus de Nebraska (EE.UU.), muy jugoso pero que me resultó más difícil de comer; sin duda fue el que menos me gustó.
Para acompañar las carnes sirven tres guarniciones: Berenjena en escabeche (muy rica), Pimiento asado (poco asado para mi gusto) y Salsa criolla. Yo os recomiendo que saboreéis cada carne sola, sin aderezos (al menos el primer bocado), pero es cuestión de gustos.
El precio del menú es de 34 €, sin bebida ni postre, y puede compartirse (las cantidades son suficientes para dos personas que no sean de mucho comer).
UN RESTAURANTE CARGADO DE TIPISMO
Como disfrutamos de este menú degustación en la miniterraza, poco imaginábamos lo que escondía el interior de este legendario restaurante fundado en 1977. Ver para creer y, dicho de paso, un espacio no apto para amantes del minimalismo porque sus paredes están repletas de detalles, y cada uno cuenta algo, de ahí que a César, el propietario, le resulte tan difícil deshacerse de cualquier pieza. A mí particularmente me encantó. Hay carteles, láminas, fotografías, diarios y portadas de revistas relacionadas con el tango, los tanguistas y los tangueros, discos, bandoneones (que, por cierto, están a la venta) y hasta la letra de Caminito escrita a ras del techo. Pero sin duda lo que más me gustó fue el hacha colgada a la entrada del comedor. Sobre ella un cartelito reza “No usar en caso de incendio”, y entendemos por qué al leer la inscripción del mango: “Hacha utilizada por América Muñiz para cortar chuletones” (América fue la fundadora de El Viejo Almacén). Ahí es nada.
Al espectáculo de las paredes se suman los ‘Tangos en vivo’ (todas las noches en directo) y la pareja de baile que actúa viernes y sábados. Y si vas con ganas de escuchar algún tema concreto pídelo porque seguro que lo tienen en su ‘Biblioteca del Tango’. Caminito, Volver o A Media Luz son algunos de los fijos, pero disponen de ¡más de mil letras de tangos y milongas!
¿Preparado para viajar a la Argentina?
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Restaurante El Viejo Almacén de Buenos Aires
C/ Ramón Gómez de la Serna, 4. Madrid / Tel.: 91 738 89 26 / www.elviejoalmacen.com
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Por Y. Delgado
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gracias preciosa y fidedigna nota.