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Hornos de Crevillent

Hornos de Crevillent

Un recorrido por la localidad alicantina en busca de sabrosos y saludables bocados elaborados artesanalmente.

A pan, a dulces y a cocas variadas, a eso huele Crevillent, al menos sus hornos. Aromas de tradición —la de las recetas secretas que pasan de padres a hijos— que despiertan emociones y abren el apetito. Tentaciones a las que uno se rinde con facilidad.

Dulces como las toñas —bollos típicos de Crevillent muy populares en Navidad y Semana Santa—, coquitas, milhojas, ‘congrets’ —finos bizcochos individuales cubiertos de azúcar—, lacitos, rollos (de huevo, anís o naranja), ensaimadas, napolitanas, toñetes y almendrados —otros dos clásicos de la Navidad— son perfectos compañeros de cafés, tés y chocolates calientes en desayunos y meriendas.

En la vertiente salada las protagonistas son las deliciosas cocas: de verduras, con migas y chocolate, de longaniza, de jamón york y queso, de atún, de sardinas…Tan ricas que apetecen a cualquier hora del día.

¿Se te ha abierto el apetito? Muchos son los hornos de Crevillent en los que puedes encontrar estas delicias —algunos con más de cincuenta y cien años de tradición.

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Fotos: Laura Martínez Espinosa / RedLine Comunicaciones

Esta entrada tiene un comentario
  1. Nos encanta el olor de los hornos tradicionales. Es cierto que solo con olernos engordamos medio kilo, ya que se nos despierta un hambre atroz, pero también se activan tantísimos recuerdos… 🙂

Los comentarios están cerrados.

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