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¿Sabes elegir la copa de vino adecuada?

¿Sabes elegir la copa de vino adecuada?

De boca estrecha, lisa y transparente, con el talle largo para no calentar el vino y, además, un tipo de copa distinto dependiendo de la clase de vino a catar. Losada Vinos de Finca nos da los trucos para quedar como un experto.

A la hora de disfrutar de un buen vino hay que tener en cuenta no solo la temperatura, el corcho o la añada… La copa, aunque no le prestemos mucha atención, es uno de los elementos que más influyen. Su forma, grosor o tamaño pueden ser determinantes en la percepción que obtengamos.

Pese a esta importancia, lo cierto es que existe un gran desconocimiento acerca de cómo debe ser la copa, así como de los requisitos que ha de cumplir dependiendo del vino que queramos degustar. Por esta razón, la bodega berciana Losada Vinos de Finca quiere compartir unas reglas básicas y sencillas que nos ayudarán a elegir la copa idónea para cada momento y  para cada tipo de vino.

  • Las curvas en los lugares adecuados. El fondo debe ser redondeado para ayudar a airear el vino y dejar que se desarrolle su aroma adecuadamente. La parte superior de la copa debe finalizar en forma cónica hacia el interior para que no se escape la esencia.
  • El talle lo suficientemente largo. Tanto como para no tocar el cáliz, si no calentaríamos el vino con nuestras propias manos. Eso sí, un mismo talle de copa no es apto para todos los vinos. ¿La razón? Cada copa dirige el flujo de líquido a una determinada parte de la lengua para exaltar sus cualidades.
  • El cristal: transparente y liso. Así podremos apreciar mejor la calidad y brillantez del vino.
  • Medidas estandarizadas. Las medidas de la copa fueron establecidas por ISO (International Standard Organization) y son:5 cm de alto,10 cm de fondo y6,5 cm de ancho.
  • Una para cada vino. El vino añejo requiere una copa con boca ancha y fondo pequeño; los vinos más jóvenes, por su parte, precisan un fondo más grande y una boca más cerrada. Los vinos espumosos y el champagne deben servirse en copas aflautadas o “fluté”, que son altas, delgadas, de fondo pequeño y cónicas en la parte superior. Son adecuadas porque permiten que el vino no pierda su efervescencia y sus aromas se aposenten. El vino blanco y tinto pueden servirse en la misma copa, aunque lo ideal es que la copa del vino tinto sea algo más grande, pues es un vino de sabor más fuerte y necesita moverse para poder respirar. Por su parte, la copa de brandy o coñac es la copa que se sujeta con la palma de la mano, calentando el contenido y haciendo que el bouquet salga.
  • Al servir. No se debe llenar demasiado la copa pues el vino precisa de espacio suficiente para respirar y liberar su aroma. Tampoco debe servirse el vino de mesa en vasos pequeño pues da la sensación de que estamos ahorrando o racionando la cantidad.

 

 

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