En una terraza a la orilla del mar, en un típico pueblo serrano o en una rústica tasca de pescadores. Escoge el escenario que más le guste y prepárate para disfrutar.
Las ostras frescas de Galway, el queso azul de Cashel, los helados artesanos de Linnalla… La isla esmeralda esconde un mundo infinito de posibilidades gastronómicas.