Numerosos restaurantes internacionales y cosmopolitas, otros que sirven la tradicional cocina estonia de estilo rural, además de mansiones con chefs y locales galardonados. La colorida capital de Estonia se ha convertido en un referente culinario para los amantes de la buena mesa.

Aunque los estonios adoran su cocina típica, los menús que encontramos en los restaurantes son, a menudo, una adaptación de los abundantes platos de antaño. Existen, pero se tiende a una interpretación más moderna y ligera.

Lo que no ha cambiado es el gusto por algunos productos típicos, como el leib (pan negro), alimento casi sagrado para los estonios; el kringel, una especie de pan dulce con almendras y pasas imprescindible en cualquier cumpleaños estonio; o los verivorst, la versión estonia de la morcilla. Nunca falta el pescado y la carne de caza, y si hay algo que destaca sobre lo demás es la pastelería, rica y variada.

Si estás interesado en conocer los productos estonios más naturales, puedes visitar el mercado de Rotermann, situado en el barrio del mismo nombre. Además de edificios que mezclan historia y alta tecnología de una manera armoniosa y vanguardista, también hay pequeñas tiendas especializadas en alimentos, como NOP, que además tiene cafetería orgánica.

La capital también cuenta con maravillosos especialistas en la elaboración de deliciosos chocolates y mazapanes artesanales, vinotecas y fábricas de cervezas, así como lugares en los que se puede aprender a cocinar, como la Food Academy, Köök y varios restaurantes, entre ellos Museum y el moderno MEKK.

CHOCOLATES, DULCES Y CERVEZA

Si estás en Tallinn no dejes de visitar alguna chocolatería. En Anneli Viik Chocolate Café promocionan la producción y el consumo de deliciosos chocolates y dulces hechos de manera artesanal. El establecimiento combina cafetería y tienda de chocolates, y además tendrás la oportunidad de ver a los maestros chocolateros mientras trabajan. Previa reserva, y en pequeños grupos, hasta es posible unirse a estos maestros en la creación de los chocolates.

El chocolate y el café también son las estrellas de Chocolaterie de Pierre´s. La primera de ellas (hay otra en Tartu, al sur de Estonia) fue inaugurada en el año 2003 en la Ciudad Vieja de Tallinn y desde entonces ha ofrecido chocolates artesanales, café y otros aperitivos a los visitantes, además de la oportunidad para grupos pequeños de crear sus propios dulces.

Kalev Ltd es una firma estonia que lleva más de 200 años fabricando chocolates y dulces. La empresa recibe a todos con los brazos abiertos. Podrás comprar barras de chocolate, bombones y hasta figuritas de mazapán. Además, se puede visitar su exposición de mazapanes y el museo del dulce, con 180 figuritas de mazapán y tartas realizadas con moldes de hace un siglo. Los visitantes pueden observar a los maestros pintando a mano las figuras de mazapán y los más atrevidos incluso pueden unirse a ellos.

¿Y qué sabes de la cerveza estonia? Ya en el año 500 d.C. la cerveza se fabricaba en las casas, abadías y castillos de manera totalmente artesanal. Las fábricas de cerveza surgieron en los pueblos de mayor tamaño allá por el siglo XIII y en el XVI ya era la bebida más consumida por los granjeros. En la actualidad existen cinco fábricas de cerveza, entre ellas Saku, la marca de cerveza más antigua del país (1821). Está situada a diez kilómetros al sur de Tallinn y ofrece catas y excursiones, además de tours organizados por la Mansión Saku.

Para disfrutar de una no tienes que irte tan lejos. Cerca de la plaza del Ayuntamiento está el  Beer House, restaurante-cervecería en el que elaboran hasta siete tipos de cerveza.

RESTAURANTES

La moderna cocina estonia puede disfrutarse en numerosos hoteles y restaurantes dentro y fuera de Tallinn, por ejemplo en el Kaerajaan, situado en la misma plaza del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja. Precio: 20/25 € por persona.

También encontrarás menús tradicionales en el Kuldne Notsu, ubicado en la bodega del hotel St. Petersbourg. Ofrece especialidades rurales estonias a base de productos frescos y naturales procedentes de granjas locales y cocinados según recetas con siglos de antigüedad.

Otros establecimientos ofrecen experiencias culinarias únicas y son casi de visita obligada. Uno de ellos es el Olde Hansa, un famoso restaurante de estilo medieval situado en un emplazamiento privilegiado, cerca de la plaza del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja. Sirve productos típicos de la época medieval centrándose sobre todo en la caza. Te recomendamos el Festín del Gran Mercader (unos 30 €) y una deliciosa cerveza con canela para acompañar (unos 5 €). Y otro que sorprende es Balthasar, el primer restaurante de Estonia dedicado al ajo (inaugurado en 1999). En él te enseñarán a combinar los vinos con sus platos, los cuales, cómo no, siempre se condimentan con ajo.

Restaurante Olde Hansa © Toomas Tuul

Cerca de la iglesia de San Olav y ocupando un edificio fascinante, con pasadizos, escaleras secretas, balcones y galerías, está The Three Sisters Hotel. Su restaurante Bordoo es perfecto para un desayuno tardío, una comida informal o para degustar las propuestas del chef, siempre basadas en productos frescos de temporada acompañados por alguna de las más de 300 referencias de vino de su bodega.

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